Las infraestructuras creadas en los últimos años y el buen mantenimiento del servicio hacen innecesario imponer restricciones al consumo
La imagen de cada verano en muchos de los pueblos del Valle de Mena con cortes de suministro o restricciones de agua empieza a formar parte del pasado. Este verano, tras la primavera más cálida en medio siglo, y pese a la escasez de precipitaciones, ninguno de los pueblos dependientes del ayuntamiento ha sufrido cortes o restricciones de agua. Para llegar a esta casi idílica situación ha sido necesario invertir a lo largo de los años más de 5,4 millones de euros en la construcción de 30 depósitos de agua para otros tantos pueblos meneses; en tres estaciones de tratamiento de agua potable y la conducción del agua desde éstas, mediante tubería de impulsión, a 15 localidades; para la impermeabilización de cinco depósitos; y en la mejora en 22 redes generales de abastecimiento de los pueblos.
Desparramados por el amplio término municipal se encuentran hasta 125 núcleos de población, de los que 63, por lo que al abastecimiento de agua se refiere, dependen del Ayuntamiento, en los cuales reside el 66% de la población. En los 62 núcleos restantes, donde reside el 34% de la población del municipio, la gestión del agua depende de 24 juntas vecinales o pedanías y no del Ayuntamiento. En dos de estas pedanías sí han sufrido durante buena parte del verano restricciones de agua, pero parece que puede ser debido más a una deficiente gestión del servicio de agua por parte de sus Juntas Vecinales, que por averías en las redes o agotamiento de los manantiales.